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Antonio Tabucchi

A aquella hora la luz de Lisboa era blanca hacia el estuario y rosada sobre las colinas, los edificios decimonónicos parecían una oleografía con el Tajo surcado por una pléyade de embarcaciones. También de noche, la bellísima iluminación del castillo convierte el lugar en un enclave absolutamente mágico.

1 comentario:

  1. Lisboa....piedras otoñales, mar de infinitas madreperlas

    por las calles de Lisboa, se teje de caminantes la vida, y discurre plácida, la luz de cada día

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